Historia del Kung Fu

¿Qué es el Kung-Fu?

En China, se denomina al arte de combate con términos como: Chuan Shu (Arte del puño), Chuan Fa, Chuen Tow, Chuen, etc., que se puede traducir como boxeo o pugilismo. Se entiende por este, el mover los dedos, las manos, los codos, las piernas, etc., solos o juntos, e ir adoptando diversas posiciones (seguidas unas de otras).
Otro nombre que recibió más recientemente es el de WU-SHU que significa arte de guerra.
En China existen aproximadamente más de 360 estilos duros de lucha y poco más de 10 estilos blandos, y técnicas de armas que conforman las llamadas artes marciales chinas, por esto, en occidente, para generalizar se opto por denominar a cualquier estilo como Kung-Fu.
Kung-Fu, significa simplemente: Entrenamiento, habilidad, tiempo esplendor, etc. Un Maestro dijo: Kung-Fu se puede aplicar a cualquier cosa bien hecha hasta el grado del arte. Lo que se consigue por medio del tiempo, el esfuerzo, y la inspiración.
Cuenta la leyenda que antes de Jesucristo, ya existían sistemas de lucha con las manos vacías, en el año 265 - 190 antes de Cristo un médico llamado Hua To inventó una serie de movimientos basados en los anímales y las aves, que aliviaban la tensión nerviosa, dando mayor energía al cuerpo. Estos movimientos fueron aprovechados por el general O Fei, quien los convirtió en método de lucha.
En el ano 525 después de Cristo, llega a China un príncipe Indú llamado Bodhidharma, 18º patriarca del Budismo Dhiana. Ta Mo (nombre que adopto en China) introdujo el Budismo en China, creando el grupo denominado Chang, basando sus enseñanzas en la meditación.
Ta Mo ponía a sus discípulos a largas horas de meditación que entumecían y debilitaban sus cuerpos. Ante este problema, Bodhidharma enseño a sus alumnos unos ejercicios que tenían especial interés en la respiración, que ejecutados con gran velocidad y aplicados sobre puntos vitales permitían recuperar la normalidad. Estos ejercicios estaban destinados a mejorar la fuerza y la resistencia.
Con el tiempo estos ejercicios fueron enriquecidos con movimientos que imitaban animales, tales como: El águila, la grulla, el ganso, el tigre, el oso, el mono, la serpiente etc.
Estos movimientos y golpes dieron origen al Kung-Fu.
Fue mucho tiempo después que este arte marcial demostró su mortal eficacia. En los años 1644 - 1912, en plena dinastía Ching, China fue invadida por los manchues, quienes al conocer las prácticas guerreras que se realizaban en el templo Shao-Lin y al ser derrotados por los monjes expertos en Kung-Fu, incendiaron el templo con casi todos los monjes adentro.
Los que pudieron escapar se trasladaron a la provincia de Fukien (en China Meridional) construyendo allí otro monasterio Shao-Lin. Allí también se refugiaron ex-oficiales de la dinastía Ming, quienes haciéndose pasar por monjes se perfeccionaron en el arte del Kung-Fu debiendo para ello pasar por severas pruebas, entre otras: luchas contra compañeros, teoría del arte y lucha contra 108 muñecos armados con cuchillos, lanzas, puños de madera, etc. estos muñecos mecánicos estaban alineados a lo largo de un corredor por el que debía pasar el estudiante de Kung-Fu, quien sin saberlo accionaba los mecanismos al pisar el suelo del corredor, debajo del cual un complicado engranaje se ponía en marcha según el peso del estudiante. La prueba final consistía en mover una piedra al rojo vivo de 225 Kg. que debía ser abrazada con los antebrazos, en los que quedaba marcado a fuego un Dragón y un Tigre, símbolo que certificaba que su poseedor se había graduado pasando las severas pruebas del templo Shao-Lin.
Este segundo monasterio también fue incendiado por los manchues y los especialistas de Kung-Fu se dispersaron entonces por toda China y otros países, difundiendo su arte solo entre parientes y amigos íntimos.

Los símbolos que quedaban en los brazos de los monjes significaban:
El Tigre (la fuerza y la bravura), y el Dragón (la concentración y el siempre alerta).

“Los escalones usados, nunca se pudren” (O Fei)